El tratamiento para la rubéola

El diagnóstico de la rubéola resulta bastante complejo, sobre todo si se investigan solamente sus síntomas. De esta manera, en muchos casos se diagnostica la enfermedad erróneamente o pasa inadvertida debido a la leve manifestación de sus síntomas, aunque esta problemática puede resolverse fácilmente con un examen de sangre que confirme la presencia o no del virus.

Una vez diagnosticada la enfermedad, el tratamiento para la rubéola se orientará a mitigar los síntomas pues la rubéola no tiene cura. De manera general, se indica un tratamiento farmacológico para mitigar la fiebre y el malestar general, recomendándose además un estricto reposo y el aislamiento del paciente.

Como una técnica de apoyo al tratamiento de la rubéola, también puede emplearse la fitoterapia. De esta forma puede usarse la corteza de sauce para reducir la fiebre, la equinácea para fortalecer el sistema inmunitario, las bayas de saúco para atenuar las manifestaciones virales y la flor o la leche de caléndula para aliviar la erupción y su posterior descamación.

Se recomienda también la suplementación de vitaminas sobre toda la A, C y E, así como los oligoelementos como el selenio, manganeso, cobre y zinc con el propósito de fortalecer el sistema inmunológico. También deberá velarse por la nutrición del paciente, que deberá ser rica en zumos de frutas jugosas (ya sean puros o diluidos).

Otra de las terapias alternativas para el tratamiento de la rubéola puede ser la hidroterapia, sobre todo durante la aparición de los primeros síntomas cuando es conveniente aplicar algunos lavados fríos y calientes para provocar la sudoración y evitar así la virulencia de los gérmenes patógenos. También suele emplearse la homeopatía, dependiendo del tipo constitucional del paciente y su estado físico. En este caso se emplea la Lachesis para favorecer el curso de la rubéola y ayudar a que la erupción brote completamente, el Ferrum Phosphoricum, Aconitum, Belladona o Pulsatila dependiendo de los síntomas que se presenten.

De esta manera, podrá emplearse el tratamiento más oportuno para el paciente de rubéola de manera que se minimicen los síntomas de la enfermedad en el menor período de tiempo posible.

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