El Síndrome de las piernas inquietas: Sus síntomas
El Síndrome de las piernas inquietas es un trastorno de origen neurológico que se caracteriza por la presencia de sensaciones desagradables en las piernas y un impulso incontrolable de moverse mientras se descansa, en un intento de aliviar estas sensaciones.
Según el National Institue of Neurological Disorders and Stroke aproximadamente 12 millones de norteamericanos padecerían este trastorno. Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Missouri aporta nuevos datos afirmando que esta patología afectaría realmente al 23% de las personas, lo que supera con creces el modesto número de incidencia que oscilaba entre el 3 y el 10%.
El Síndrome de las piernas inquietas puede desarrollarse tanto en hombres como en mujeres si bien es más común en el género femenino. Aunque puede iniciar en cualquier edad, es más usual en la adultez o en la tercera edad y en la misma medida en que avanzan los años los síntomas se van agudizando.
Pero… ¿cuáles son los síntomas del Síndrome de las piernas inquietas?
Las personas que padecen esta patología sienten sensaciones incómodas en sus piernas, en especial cuando están sentadas o acostadas. Generalmente estas sensaciones se perciben en el interior de la pierna, la rodilla o los tobillos y son menos usuales en los pies, muslos, brazos o manos.
A estas sensaciones se le suma un deseo irresistible de ponerse en movimiento, fundamentalmente con el objetivo de aliviar la incomodidad provocada por las sensaciones. De esta forma, un observador externo lo que apreciará es una persona que mueve constantemente las piernas, ya sea porque está siempre caminando o incluso mientras está acostado o sentando.
Es curioso como los síntomas suelen desaparecer en la madrugada permitiendo un sueño más reparador pero son particularmente pronunciados durante la noche, en las horas antes de ir a la cama.
Vale aclarar que los síntomas del Síndrome de las piernas inquietas variarán según la severidad del padecimiento. Así, algunas personas pueden experimentar una incomodidad muy leve mientras que otras pueden presentar graves problemas incluso durante el día. No obstante, al margen de la severidad de los síntomas, existen algunas situaciones que agravan el malestar como los largos periodos de inactividad donde la persona debe estar inmovilizada.