Ejemplos de entrenamientos regenerativos
Hemos señalado los beneficios del entrenamiento regenerativo, y te hemos dado algunas pautas acerca de cómo debería ser usado. Pues bien, vayamos al terreno de la praxis y veamos algunos de los ejemplos de entrenamientos regenerativos más comunes.
En realidad, todo dependerá de la actividad que uno acostumbre a realizar. Si por ejemplo te dedicas a las carreras de fondo, un entrenamiento regenerativo debe constar de un nivel de intensidad medio a bajo, y tampoco debe ser muy prolongado para no generar fatiga ni hacer entrar en déficit los depósitos energéticos del organismo.
Un entrenamiento regenerativo de este tipo debería contemplar una intensidad de entre el 50 y el 65 % de la frecuencia máxima teórica, y no extenderse más de 60 minutos, en términos generales.
Desde luego, para algunas personas, principalmente las más nuevas en la carrera, esto implicará quizás ir caminando. Pues esto no debería ser motivo de preocupación.
El mismo principio, baja intensidad y bajo volumen, podría aplicarse a quienes practican ciclismo, natación, o remo. Incluso, en algunas circunstancias puede ser muy beneficioso optar por un deporte que no es el propio para el trabajo regenerativo (esto se conoce como entrenamiento cruzado).
Esto nos permitirá relajarnos y evitar incidir de la forma habitual en músculos que pueden estar fatigados de un trabajo rutinario. Pero claro, esto es un arma de doble filo, ya que si no tenemos un buen nivel de forma física, puede que un ejercicio completamente nuevo nos deje aún más exahustos ante la falta de costumbre.