Efectos de las bebidas energéticas
El consumo de bebidas energéticas es un hábito que se hace cada vez más frecuente. De hecho, el consumo de estas bebidas se incrementa en la época de exámenes ya que, de forma rápida, las mismas aumentan la concentración y la sensación de bienestar. Así, muchas personas las utilizan para combatir el sueño y la fatiga. No obstante, más allá de sus aspectos «positivos», lo cierto es que existen otros efectos de las bebidas energéticas que implican ciertos riesgos para la salud.
De hecho, hace poco se ha dado a conocer el caso de un joven que combinó varias tazas de café, bebidas energéticas y alcohol, resultando ésta una mezcla fatal si bien las dosis de todas estas bebidas por separado no eran extremadamente elevadas. Pero… ¿qué sucede en nuestro organismo cuando ingerimos una bebida energética?
En primer lugar debe conocerse que las bebidas energéticas están compuestas esencialmente por agua, carbohidratos, vitaminas y sustancias tonificantes como la cafeína y la taurina. Cuando se mezcla con alcohol no suelen sentirse los efectos embriagadores del mismo por lo que las personas suelen pasarse de la dosis aconsejada.
Una investigación realizada en la Wayne State University de Detroit mostró como el consumo de bebidas energéticas aumenta la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea. Este estudio en cuestión trabajó con 15 personas que tenían entre los 20 y los 39 años de edad que se ofrecieron para beber dos latas diarias de una bebida energética. Como puede suponerse, se restringió la toma de otras sustancias estimulantes como el café.
Asombrosamente los investigadores pudieron apreciar que después de una semana de beber continuadamente este tipo de bebidas, las personas presentaban, en comparación con el primer día, un aumento de la presión sanguínea del 7% y un 9% de la frecuencia cardíaca. Vale aclarar que estos registros no implican graves riesgos para la salud de las personas “sanas” pero podrían tener una incidencia diversa en las personas que padecen de hipertensión o cardiopatías. Si se ingieren en dosis elevadas podrían provocar temblores e incluso, arritmias.