Dieta de la grasa parda: ¿Efectiva?
Son muchas las dietas que se han puesto de moda para perder peso. Una de las dietas que se está promocionando en los últimos tiempos se le denomina la “dieta de la grasa parda”. Pero… ¿en qué se basa esta dieta? Y lo que es más importante aún, ¿es efectiva?
La idea que sustenta la dieta de la grasa parda afirma que debemos desarrollar en el organismo el tejido adiposo pardo o marrón, disminuyendo la cantidad de tejido adiposo blanco. Supuestamente la grasa parda mantendría un metabolismo mucho más elevado en comparación con la grasa blanca. Así, cuando se aumenta la grasa parda y se disminuye la blanca, estaríamos aumentando el gasto energético cotidiano que provocaría la pérdida de peso sin la realización de ejercicio físico.
Hablando muy a grosso modo, el tejido adiposo se divide en blanco y pardo; éste último posee una mayor concentración de mitocondrias lo que explica su mayor actividad metabólica. La principal función de éste tejido se centra en regular la temperatura corporal en los bebes pero en la misma medida en que crecemos la concentración de grasa parda va disminuyendo.
En una investigación recientemente publicada en la New England Journal of Medicine se ha apreciado que los adipocitos del tejido adiposo pardo aumentan su actividad cuando hay frío pero no es una buena idea exponerse a temperaturas bajas con la sola idea de perder peso.
Además, analizando con mayor detenimiento esta idea puede comprenderse que, aunque la grasa parda realmente está presente en nuestro organismo, su existencia en grandes proporciones se ha asociado a enfermedades como el hipertiroidismo y algunos tipos de cáncer. Asimismo no puede olvidarse que, en última instancia, el tejido adiposo siempre será un factor que potencia el sobrepeso o la obesidad.
Así, debe conocerse que la dieta de la grasa parda es hiperproteica y desalienta la práctica de la actividad física aeróbica (que ha demostrado sus múltiples beneficios para la salud cardiovascular). Además, no siendo aprobada por la comunidad científica, sus riesgos son mucho mayores que los beneficios que se podrían obtener con la pérdida de peso siguiendo este régimen.