Consejos para dejar de fumar sin tener recaídas
El proceso de dejar de fumar es difícil y complicado, desde la toma de decisión hasta la puesta en práctica en cada uno de los días. Esta es una realidad y de nada vale engañarse diciendo lo contrario. Sin embargo, muchas personas logran superar estas barreras personales y dejan de fumar durante un tiempo pero… ¿qué sucede después? ¿Logran dejar el cigarrillo de una vez y por todas?
Precisamente, mantenerse sin fumar es la parte más difícil del proceso. A veces las personas lograr pasarse tres, cuatro, diez días sin fumar o incluso varias semanas o meses y después vuelven a retomar el hábito. Sobre todo impulsados por una situación particularmente tensionante. Entonces se dicen: “solo por esta vez” y al final terminan fumando tanto o más que antes.
Entonces, ¿cómo no recaer? A continuación les proponemos algunos consejos para dejar de fumar definitivamente.
Para comenzar, debes proponerte dejar de fumar solamente por un día, te resultará más sencillo y alcanzable y te impulsará diariamente a pasar otro día sin fumar.
Además, deberás tener muy presente que dejar de fumar no significa que automáticamente se eliminarán los deseos de un cigarrillo. Por ello, debes tener preparadas algunas estrategias para implementar en los momentos en que tengas muchas ganas de fumar. Recuerda que estas estrategias deben ser personales, pues las acciones que implementará tu amigo puede que a ti no te resulten así que lo mejor es probar qué funciona para tu caso.
También debes conocer que durante los primeros tiempos de haber dejado de fumar en varias ocasiones sentirás una fuerte ansiedad por fumar nuevamente pero esta sensación no es permanente sino que irá desapareciendo poco a poco, con el paso del tiempo. Lo ideal es que cuando te sientas ansioso comiences a beber lentamente un vaso de agua, respires profundamente logrando mantener el aire en los pulmones al menos durante 15 segundos y luego lo empieces a expulsar lentamente. Ya verás como la ansiedad comienza a disminuir.
Durante este proceso debes intentar por todos los medios no fumar ni siquiera un cigarrillo (aún en las circunstancias en que parezca casi imposible como en las reuniones sociales o después de las comidas copiosas). Para ello lo más recomendable es evitar este tipo de situaciones, al menos hasta que no se haya logrado un buen control sobre los impulsos.