Comer en una fiesta
Comer en una fiesta puede representar una perdición en el caso de que estemos haciendo dieta y no sepamos controlarnos. Sin embargo, no es una táctica eficiente ponerse en una postura de víctima y decir que no a todo lo que se nos ofrece en un festejo. La clave es saber que si y que no, y en qué cantidades.
En general, es recomendable evitar todos los alimentos para picar de antes de la comida, como sandwiches o bocaditos, los cuales pueden sumar muchas calorías. Es preferible controlarnos en ese momento y poder darnos un gusto a la hora del plato principal.
Una estrategia que debe ser desechada por completo es la de ayunar durante todo el día con el objetivo de «guardar lugar» para la fiesta. Si intentamos hacer eso como una forma de compensar las calorías que luego comeremos, es casi seguro que el exceso en el cual incurriremos será mayor. Por ende, lo que conviene hacer es comer normalmente durante el día y moderarse a la hora de la fiesta.
Una buena alternativa es consumir un yogur o una fruta fresca antes de salir para la fiesta, lo cual nos permitirá no sentir tanto hambre y nos resultará más fácil controlarnos.
A la hora del plato principal, no hay problema en probar distintas comidas de las que es normal que haya en fiestas. La clave es saber medir las cantidades, por eso una buena forma de limitar las calorías es pedir la mitad de las porciones de cada plato diferente.
Un momento de la fiesta que es la debilidad es muchos es el postre. En el caso de que haya múltiples opciones, lo mejor es elegir una. Date el gusto, sin contar las calorías, pero desecha los otros platos dulces. En el caso de que haya un pastel, escoge entre el postre o el pastel.
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