Si no te gusta correr… prueba el Power Walking
Correr es un excelente ejercicio, tanto para las personas que quieren perder peso como para las que simplemente quieren cuidar su figura. Además, se trata de uno de los deportes más económicos ya que no se necesita una gran inversión para practicarlo. Sin embargo, ¿qué sucede con las personas que, por una razón u otra, no pueden correr? Para ellas existe el Power Walking.
Como su nombre lo indica, se trata de caminar. No obstante, es obvio que no es una caminata cualquiera, es necesario mantener bajo control el ritmo del paso, la respiración y la postura, entre otros factores. Una sesión de Power Walking suele extenderse por unos 45 o 60 minutos de caminata ininterrumpida, variando el ritmo, por supuesto.
La distancia que se recorre suelen ser unos 5 – 8 kilómetros, en los cuales se debe mantener una velocidad promedio de 9 min/km. En las sesiones rápidas el objetivo es mantener las pulsaciones elevadas para poder eliminar la grasa. De hecho, se estima que se pueden quemar unas 400 calorías, lo cual no está nada mal. Lo ideal es hacer 3 o 4 sesiones a la semana.
Otro aspecto a tener en cuenta consiste en la postura que adoptamos: la cabeza debe mirar hacia arriba, el pecho debe mantenerse erguido, los hombros echados hacia atrás y el abdomen tenso. De esta manera evitaremos las molestias o lesiones que conlleva la práctica sistemática de un ejercicio de manera inadecuada.
Un mundo de ventajas
Uno de los principales beneficios del Power Walking es que se trata de una actividad al alcance de casi todas las personas y que no demanda de un gran desembolso inicial, basta con que te compres unas buenas zapatillas deportivas y un pulsímetro. Además, cada persona puede ir a su propio ritmo, según su condición física y edad.
Esta actividad no solo nos ayuda a quemar grasa y perder peso sino que también mejora nuestro sistema cardiovascular y respiratorio. Obviamente, también tonificarás los músculos de las piernas, los glúteos y el abdomen. Además, esta actividad se considera un deporte de bajo impacto, con lo cual disminuyen las probabilidades de sufrir esas microlesiones en la columna, tan propias del running.
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