Niños que se muerden las uñas
El hábito de morderse las uñas se conoce en el ámbito científico como onicofagia y es muy común entre los niños. De hecho, las estadísticas apuntan que es un trastorno que afecta alrededor del 40 – 45% de los pequeños. Por lo general, esta conducta aparece asociada a situaciones de ansiedad o estrés, aunque también puede estar dada por el aburrimiento, la imitación de los adultos o incluso por pasar demasiadas horas delante del televisor. Por eso, algunos especialistas consideran que el hábito de comerse las uñas no siempre es un trastorno sino un síntoma de otros problemas.
Las consecuencias de la onicofagia
La onicofagia no solo consiste en morderse las uñas sino también en roerlas y cortarlas llegando a dañar la piel circundante. Por eso, la primera consecuencia está vinculada a la estética ya que el niño se puede sentir avergonzado de sus manos. Sin embargo, si este problema persiste, sus consecuencias van mucho más allá e incluso pueden dañar su autoestima.
Además, según la Academia Española de Dermatología y Venereología, morderse las uñas en la infancia puede provocar lesiones en las cutículas, deformaciones en las uñas, infecciones y problemas bucales. Asimismo, se conoce que los niños con onicofagia tienen un riesgo mayor de padecer aftas, herpes y heridas en los labios.
Cuando la situación se complica, este hábito puede provocar daños en los dedos que desencadenan una intensa inflamación y dolor. Estos niños también se exponen a reacciones inflamatorias en la faringe o a complicaciones en el tejido pulmonar, sobre todo cuando se tragan algunos pedazos de uñas.
3 estrategias para evitar que los niños se muerdan las uñas
Hasta hace muy poco tiempo se utilizaban técnicas de regulación conductual para evitar que los niños se mordieran las uñas como por ejemplo, los castigos, la aplicación de sustancias amargas o picantes en los dedos, o incluso atar las manos del pequeño a la espalda. Sin embargo, en la actualidad los psicólogos no recomiendan estas prácticas. ¿Qué hacer?
1. Mantén un ambiente relajado en el hogar. Una de las causas principales por las que los niños se comen las uñas es la ansiedad y el estrés. Por eso, mantener un ambiente tranquilo en casa puede ayudarle a relajarse. También es importante que te cerciores de que duerme lo suficiente y realiza actividad física ya que esta última es una válvula de escape para eliminar el estrés.
2. Evita regañar al niño cuando se muerda las uñas. Por lo general, los regaños o reacciones intensas ante cualquier conducta suelen ser contraproducentes. Es decir, en vez de eliminar la conducta que deseamos, lo que logramos es reforzarla. Por eso, evita regañar al niño cuando se muerda las uñas; en su lugar, pídele que no lo haga o distrae su atención hacia otra actividad.
3. Haz que el niño concientice su problema. A veces los niños se muerden las uñas sin ser conscientes de ello y no saben que se trata de un hábito dañino que puede tener consecuencias para su salud. Por eso, es importante que le ayudes a concientizar el problema y le hables de los efectos que este hábito podría tener a largo plazo.
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