Música para mejorar tu salud

La música se ha estado utilizando desde hace siglos para promover diferentes estados mentales. De hecho, los curanderos y chamanes echan mano a ella en sus ritos para curar a las personas enfermas. Sin embargo, detrás de estos ritos no hay ningún misterio: la música cura, lo demuestran los estudios científicos más recientes.

Obviamente, el secreto de la musicoterapia no radica en las letras de canciones (ya que es preferible usar temas exclusivamente instrumentales) sino en una serie de factores como los tiempos, el ritmo y la armonía, según comentan desde la Revista de Dice la canción. Por ejemplo, los acordes consonantes están vinculados a la alegría, la tranquilidad y el equilibrio mientras que los acordes disonantes provocan inquietud y agitación. Los ritmos rápidos generan una activación motora mientras que los ritmos lentos promueven un estado de serenidad y paz.

Musicoterapia: Una herramienta cada vez más valiosa

En los inicios de la musicoterapia, esta se aplicaba fundamentalmente en el ámbito de la psicología, para aminorar los síntomas de diferentes problemas mentales, como la depresión, la ansiedad y la manía. De hecho, hoy nadie pone en duda que la música es capaz de relajarnos, combatir el insomnio, aliviar el estrés y darnos una dosis extra de energía cuando la necesitamos.

Sin embargo, en los últimos años se han ampliado las áreas de aplicación de la musicoterapia y ahora podemos encontrar a profesionales que trabajan con la música para aliviar los dolores crónicos o para ayudarles a las personas a recuperarse de un cáncer.

Diferentes experimentos han demostrado que la música ayuda a reducir la frecuencia cardiaca, mantiene la presión arterial dentro de los límites normales y produce un alivio del dolor. En el año 2000 se realizó uno de los estudios más interesantes sobre los efectos de la musicoterapia. Investigadores de la Universidad de Westminster comprobaron que la música tiene una acción beneficiosa sobre nuestro sistema inmunológico ya que aumenta los niveles de inmunoglobulina A, un anticuerpo que actúa como la primera línea de defensa contra los agentes patógenos.

Un estudio más reciente realizado en la Universidad de Leipzig también halló que la música disminuye los niveles de cortisol, una hormona que se ha relacionado con el estrés. De hecho, en el experimento se apreció que las personas que escuchaban una música relajante antes de someterse a una cirugía, mostraban niveles más bajos de cortisol y estaban más tranquilas que aquellas a las que se les aplicó un fármaco.

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