Minerales, parte II

Hemos repasado la importancia de consumir en cantidades adecuadas vitaminas y minerales. Ahora completemos el repaso por los principales minerales.

Hierro. Induce a la formación correcta de la hemoglobina. También se encuentra en hígado y en hueso. El hierro forma parte de las enzimas transportadoras de electrones indispensables para las oxidaciones celulares (cadena respiratoria de la producción aeróbica de ATP).

Yodo. Es componente de la hormona tiroidea tiroxina, que controla fundamentalmente el metabolismo basal.  El cuerpo sólo contiene unos 14mg. De yodo. Se absorbe en el intestino en forma de yoduro. Su carencia produce déficit en la producción de hormona tiroidea, con problemas en el metabolismo basal, en el crecimiento y en el desarrollo del sistema nervioso.

Zinc. El zinc cumple funciones muy importantes para quienes realizan actividad física. Forma parte de muchos sistemas enzimáticos y hormonales que son fundamentales para el progreso deportivo. Colabora a la eliminación de CO, a la conversión anaeróbica de la glucosa y al correcto funcionamiento de las hormonas sexuales e insulina. Normalmente se advierte su carencia por la aparición de manchas blancas en las uñas.

Manganeso. Es preciso para el correcto trofismo (desarrollo) testicular, para la eliminación de amonio (un tóxico proveniente del metabolismo de las proteínas), y activa diversas enzimas metabólicas necesarias para la producción de energía de movimiento. Se encuentra principalmente en los huesos, hígado e hipófisis.

Flúor. No parece ser necesario para el metabolismo, pero una pequeña cantidad parece ser precisa, en las etapas de la vida en que se forman los dientes.

Cobalto. Es un componente de la vitamina B12, por lo que es fundamental para que maduren los hematíes.

Azufre. Colabora con las vitaminas del grupo B y es parte de diversos aminoácidos. Ayuda al hígado a segregar bilis y al cerebro a recibir suficiente oxígeno.

Cromo. Mejora la actividad de la insulina en el metabolismo de los hidratos de carbono (por tanto disminuye el índice glicémico de los glúcidos). Se encuentra en setas, ciruelas, nueces, espárragos, vino y cerveza.

Selenio. Trabaja junto con la vitamina E como antioxidante y retrasa los procesos de envejecimiento.

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