La oligoterapia: Una terapia natural
La oligoterapia se basa en el uso de los oligoelementos para contribuir al funcionamiento adecuado de las reacciones metabólicas del organismo. Los oligolementos son minerales que se encuentran normalmente en el organismo y, aunque están presentes en una pequeña cantidad, son esenciales para facilitar el trabajo de las enzimas, actuando como catalizadores de algunas reacciones químicas.
Esta terapia se encaminaría a complementar la alimentación con los minerales adecuados, de manera que el organismo recupere la energía y la vitalidad imprescindibles para un funcionamiento óptimo. Vale aclarar que generalmente la oligoterapia no intenta cubrir estados carenciales de nutrición sino que su objetivo es regular los procesos enzimáticos.
La oligoterapia tiene sus orígenes en el siglo XIII, cuando un médico, Arnauld de Villeneuve, le daba partes de esponjas marinas a las personas enfermas de bocio de forma que pudiesen adquirir el yodo que necesitaban. No obstante, no es hasta finales del siglo XIX que la ciencia comprendió el papel de los oligoelementos en el organismo.
Actualmente a través de la oligoterapia es posible suministrarle de manera específica al organismo todos aquellos minerales que necesita para que recupere el equilibrio y los órganos funcionen adecuadamente.
Dentro de las problemáticas que se tratan en la oligoterapia resaltan cuatro síndromes fundamentales:
– Síndrome hiper reactivo. En este caso los sistemas de regulación funcionan demasiado para lo cual se suministra el Manganeso.
– Síndrome hipo reactivo. Al contrario del síndrome hiper reactivo, en este caso los sistemas de regulación no funcionan lo suficiente para lo cual se indica tanto el Manganeso como el Cobre.
-Síndrome distónico. En este caso los sistemas de regulación funcionan de forma anárquica o inadecuada, tratándose con el manganeso y el cobalto.
-Síndrome anérgico. Los sistemas de regulación apenas funcionan por lo que es necesario suministrar cobre, oro y plata.
Más allá del uso de la oligoterapia para tratar las problemáticas eminentemente físicas, también se utiliza para contrarrestar los malestares de origen psicológico como la ansiedad, la irritabilidad y el insomnio.