La memoria depende del estilo de vida
Durante años los especialistas pensaban que la memoria era una facultad que se iba perdiendo con el paso del tiempo y que no se podía hacer nada al respecto. Sin embargo, nuevos estudios han puesto en tela de juicio esta idea al descubrir que en realidad la memoria depende de nuestro estilo de vida y que incluso es posible revertir su deterioro si ponemos en práctica algunos hábitos saludables.
Ahora una investigación realizada en la Universidad de California afirma que la memoria es susceptible a numerosos cambios, desde la depresión hasta la hipertensión, incluyendo el sedentarismo y la dieta que seguimos.
En este estudio, publicado en la revista PlosOne, se encuestaron a más de 18.000 personas, con edades comprendidas entre los 18 y los 99 años. Se indagó sobre su estilo de vida y sus condiciones de salud. Así los investigadores pudieron apreciar que aquellos que sufrían depresión, padecían de presión arterial alta o no realizaban suficiente actividad física, tenían peor memoria que el resto.
Lo más interesante es que estos resultados no dependían de la edad; es decir, estos factores de riesgo afectaban la calidad de la memoria lo mismo en el caso de los jóvenes que en los ancianos. Obviamente, existía una diferencia pero era relativamente pequeña ya que el nivel de daño en la memoria de los jóvenes era del 14%, en los adultos del 22% y en los ancianos llegaba al 26%.
En realidad, la memoria, al igual que cualquier otra función cognitiva, puede deteriorarse si no se ejercita. Además, también está sujeta a factores externos, como pueden ser la dieta y la actividad física. Por ejemplo, se conoce que caminar a paso rápido, mejor aún si se hace en un entorno natural, puede incrementar nuestra capacidad para recordar hasta en un 25%.
Por otra parte, se ha demostrado que la tendencia a la multitarea y el estrés son enemigos acérrimos de la memoria ya que suelen provocar problemas de concentración. Al contrario, seguir una dieta rica en alimentos que contengan omega 3 y vitaminas del grupo B, mejora nuestras funciones mentales, entre ellas, la memoria.
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