Entrenamiento en la tercera edad
El entrenamiento en la tercera edad centrado en la actividad de musculación debe hacerse con especial cuidado. Si bien siempre es necesaria una adecuada planificación previa, es de vital importancia en las personas mayores, ya que deben buscarse efectos específicos, acordes a las dificultades físicas que el paso de los años propone.
A la hora de entrenar en un gimnasio, los ejercicios se ejecutarán con un recorrido más corto de lo habitual, para no forzar en los límites articulares. Por otro lado, se elegirán aquellos ejercicios en los que la articulación quede más protegida, prefiriéndose, en general, el empleo de máquinas antes de pesos libres.
Las series de trabajo serán, por lo general, de altas repeticiones, haciendo énfasis en el correcto ritmo respiratorio, y sin emplear pesos tan grandes que obliguen al practicante a aguantar el aire en los pulmones (apnea) para hacer más esfuerzo (esto provocaría aumento de la tensión arterial). Es importante aquí saber reconocer las limitaciones que la edad nos impone, por más fuertes que nos sintamos.
Como es natural, los tiempos de recuperación serán suficientemente amplios como para no producir fatiga excesiva, y dar tiempo a que se recuperen las fibras de contracción rápida entre dos series de trabajo sucesivas. A modo general, podríamos decir que las pausas serán de alrededor de 2 minutos, aunque esto dependerá del nivel de acondicionamiento físico de cada persona.
Está claro que el fitness no va a aumentar necesariamente la duración de la vida (aunque puede ser el caso de algunas personas), pero ésta se verá considerablemente mejorada en su calidad en los últimos años, con una reducción significativa en la necesidad de costosas terapias geriátricas.
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