El pescado azul

Uno de los alimentos que no debería faltar en una dieta equilibrada es el pescado azul. Este grupo de pescados nos ofrece una amplia gama de opciones para consumir las proteínas y grasas necesarias para nuestro cuerpo.

Se denomina «pescado azul» a los tipos de pescados con un mayor porcentaje graso (generalmente mayor al 5%). Es bueno incluir en la dieta tanto pescados magros como grasos, ya que estos últimos son los que nos aportan grasas insaturadas muy beneficiosas para el organismo. Entre estas se destacan los ácidos grasos omega-3

En los últimos años se ha tomado conciencia de la importancia de incluir ácidos grasos omega-3 en la dieta. Estos ayudan a evitar la acumulación de adiposidad en los vasos, mejorando así el flujo sanguíneo, prevenir enfermedades cardíacas, como así también mantener el colesterol en niveles saludables. Además, los ácidos omega-3 ayudan a prevenir problemas de presión arterial.

Normalmente puede escucharse de boca de especialistas que es recomendable consumir dos veces por semana pescado. Sin embargo, no muchos reparan en que es importante que una de esas ocasiones sea pescado azul o graso, dados los efectos benéficos mencionados.

De todas formas, es bueno destacar que el pescado azul es más que grasas insaturadas. Es también una de las más ricas fuentes de proteínas, uno de los macronutrientes que el cuerpo necesita y que tiene vital importancia en la formación del tejido muscular.

Además de esto, el pescado azul aporta varios micronutrientes. Entre ellos se destacan los minerales como el calcio, yodo, hierro o zinc. Y también vitamina A, B1, D y E.

¿Cuáles son los pescados grasos? Entre ellos se encuentran el atún, el salmón, caballa, arenque, trucha, calamar, salmonete, jurel, pez espada, sardinas, palomete o anchoas.

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