Comida y sueño
Si has sentido ganas de ir a dormir luego de haber comido una comida abundante, esto no tiene nada de extraño. Lo que ocurre es que existe una relación entre comida y sueño. Veamos que de que se trata.
La somnolencia aparece como resultado de un consumo muy alto de hidratos de carbono y grasas. Nuestro organismo necesita de un proteína para mantenerse bien despierto, llamada orexina. Esta disminuye cuando se elevan nuestros niveles de glucosa en sangre. Es por eso que no debes sorprender si después de una comida copiosa no quieres más que ir a la cama.
Muchas veces esto puede perjudicar nuestra jornada laboral o de actividades y es por eso que debemos tener en cuenta este dato para que la comida no nos impida seguir con nuestro día. Basta con limitar las cantidades de hidratos de carbono, elegir principalmente los complejos, y reducir al mínimo la cantidad de grasa.
Pero no creas que puedes darte un festín de proteína. Esto tampoco será recomendable, ya que estas también requieren de un importante trabajo del sistema digestivo. Prefiere el pecado y las carnes blancas, las cuales son más fáciles de digerir y tienen un menor porcentaje de grasas saturadas.
Toma este consejo para que la próxima vez que termines de almorzar puedas estar lúcido y activo para todas las obligaciones que tengas.
Imagen del artículo
