La sobredosis de paracetamol

La sobredosis de paracetamol se ha convertido en una de las intoxicaciones por medicamentos más comunes en todo el mundo, solo superada por la sobredosis de aspirina. Por solo citar algunos datos, en los Estados Unidos han ocupado la primera causa de muerte debido a que provocan una insuficiencia hepática grave.

A este problema también contribuye el hecho de que el paracetamol es un medicamento muy popular para aliviar el dolor y la fiebre; sobre todo entre los más pequeños. No obstante, lo cierto es que su ingesta en grandes cantidades puede tener efectos nefastos.

La efectividad del paracetamol así como su dosis varía según sus formas de presentación, la dolencia de la persona y su edad. Hoy por hoy es posible encontrar el paracetamol lo mismo en tabletas que en supositorios, concentrado en forma de píldoras e incluso líquido o en gotas. Esta enorme variedad lo hace mucho más accesible para su consumo.

En sentido general, se recomienda no tomar más de 4 000 mg de paracetamol al día. Cuando se superan los 7 000 mg puede hablarse de un caso de sobredosis de paracetamol.

Entre los síntomas más comunes pueden manifestarse: dolor abdominal, pérdida de apetito, diarreas, ictericia, irritabilidad, sudoraciones, malestar estomacal, vómitos, convulsiones e incluso un estado de coma. Aunque por supuesto, la presentación de los síntomas depende de la cantidad de paracetamol consumido y del tiempo de ingestión que ha transcurrido.

En caso que la persona presente alguno de estos síntomas, debe acudir al médico de manera rápida. Entonces se evaluará su sintomatología y se realizará un examen de sangre para verificar la presencia de acetaminofén en el organismo. Una vez que se ha diagnosticado la sobredosis, se podrá implementar un tratamiento eficaz para expulsar la sustancia del cuerpo, ya sea mediante el empleo de laxantes, de carbón activado o de medicamentos específicos para neutralizar el efecto del tóxico.

De esta forma, si el tratamiento se recibe en las primeras 8 horas de la sobredosis las posibilidades de recuperación son bastantes favorables. De hecho, se afirma que el 65% de las personas sobrevive sin mayores problemas. No obstante, si el tratamiento médico demora más de lo conveniente puede conducir a una insuficiencia hepática que incluso demanda un trasplante de hígado (presente en aproximadamente el 8% de las personas) e incluso puede provocar la muerte en solo pocos días.

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