La comida procesada aumenta el riesgo de depresión
La depresión es una de las patologías de origen psicológico más extendidas a nivel mundial y también resulta ser una de las que más altas tasas de mortalidad tiene asociada. Hoy por hoy se conoce que, aunque la depresión tiene un fuerte componente psíquico, también existen otros factores que pueden facilitar la aparición de la misma o empeorar sus síntomas. La dieta es uno de estos factores.
Recientemente un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Londres y publicado en la Brisith Journal of Psychiatry afirma que ingerir comida procesada podría aumentar el riesgo de depresión en las personas que ya tengan cierta predisposición a la misma.
Para llegar a estos resultados se analizaron a casi 3.500 personas que se desempeñaban como empleados públicos y que tenían una edad promedio de 55 años. Cada participante debió completar un cuestionario donde se indagaba sobre sus hábitos alimenticios pero además, rellenaron un test que evaluaba su tendencia a la depresión.
Después de cinco años estas personas fueron sometidas a otro test donde se evaluaron sus niveles de depresión reales y potenciales. La principal diferencias que pudo apreciarse fue que las personas que habían seguido una dieta donde predominaba la comida procesada presentó un riesgo del 58% de desarrollar la depresión en comparación con aquellos que habían seguido una dieta integral donde estaban presentes las frutas, los vegetales y el pescado.
Estos resultados son coherentes con otro estudio realizado en España según el cual la dieta mediterránea (rica en frutas, vegetales y pescado) nos protegería contra la depresión, disminuyendo el riesgo de desarrollar la misma en un 30%.
Al contrario, una dieta donde abunde la carne procesada, los chocolates confeccionados de manera industrial, los cereales refinados, los productos lácteos con mucha grasa y en general, toda la comida precocinada y la bollería industrial podría exponernos al desarrollo de la depresión.