Consejos para usar el pulsómetro

Al realizar ejercicio aeróbico es altamente recomendable medir la intensidad de tu entrenamiento tomando como referencia la frecuencia cardíaca. De esta forma podemos controlar si trabajamos para quemar grasas, mejorar la resistencia aeróbica o ejercitarnos en el umbral anaeróbico.
Para quemar grasas es necesario trabajar durante un tiempo prolongado en un rango bajo, es decir aquel que corresponde al 65-70% de la frecuencia máxima teórica. Sin embargo, debemos hacer una aclaración para quienes se inician en la actividad física.
Si sales a trotar hace poco tiempo, es probable que llegues casi sin esforzarte al 70% de tu frecuencia máxima teórica. Esto es normal, y significa que tu cuerpo aún debe adaptarse fisiológicamente al entrenamiento. Esto no significa que no puedas entrenar en un nivel bajo o de quema de grasas, sino que para el principio no será recomendable hacer caso al pulsómetro.
Nuestro consejo es guiarte por las sensaciones. Si quieres trabajar en un nivel aeróbico de baja intensidad, deberías poder hablar, con una muy pequeña (pero realmente muy pequeña) dificultad. Si no puedes mantener una conversación fluida mientras trotas o vas en bicicleta, es porque tu entrenamiento está cercano al umbral aneróbico y en muchos casos esto no es lo que se busca.
Y no olvides que otros factores como el clima inciden en gran manera en tus pulsaciones. En días calurosos las pulsaciones pueden dispararse con facilidad.
Quizás quieras guardar tu pulsómetro en tus primeras sesiones de carrera. Pero recuerda que luego será un instrumento muy útil a la hora de entrenar.

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