¿Caminar o correr?
Uno de los dilemas más comunes entre quienes realizan actividad aeróbica con el objetivo de bajar de peso es si es mejor caminar o correr. Sin embargo, la respuesta a este interrogante no es tan sencilla como decir uno u otro, ya que hay diversos factores que deben ser tenidos en cuenta a la hora de preferir caminar o correr.
No podemos decir que una actividad es mejor que otra simplemente porque se queman más calorías. En ese caso, los defensores de la carrera a gran velocidad tendrían la razón, ya que correr quema más calorías que caminar, durante el mismo tiempo. (desde luego, dependiendo del sexo, edad, y, principalmente la velocidad).
De todas formas, es importante destacar que al caminar, el número de calorías que se queman en un kilómetro es apenas menor que cuando se corre. Pero, claro, se tarda más en recorrer un kilómetro caminando que corriendo.
La clave de la cuestión está en cuando se queman más grasas. Y esto dependerá en gran manera del estado físico de cada persona. Ante todo, debemos tener en cuenta que para quemar grasas es necesario trabajar en una intensidad baja a moderada, que oscile entre el 65 y el 70% de la frecuencia máxima teórica.
Esto hace que elegir entre caminar o correr, si nuestro objetivo no es otro que quemar grasas, depende en gran parte de que tanta velocidad requerimos para llegar a ese porcentaje de frecuencia cardíaca.
Mientras que un corredor entrenado podrá mantener ese nivel de pulsaciones corriendo rápido, un sedentario deberá controlar no pasarse de velocidad mientras camina, ya que su pulso aumentará con facilidad.
En síntesis, caminar o correr depende de varios factores, como nuestro nivel de entrenamiento, edad y capacidad aeróbica. Lo mejor es la recomendación de un profesional que sepa evaluar tu condición y que pueda programar un entrenamiento a medida.