Composición:
Cada comprimido ranurado contiene: Carbonato de Litio 300 mg.
Indicaciones:
Profilaxis del trastorno bipolar del estado de ánimo (o enfermedad maníaco depresiva). Tratamiento de la manía aguda.
Disminución de la intensidad de episodios subsecuentes de manía y depresión. Potenciación de la acción de
antidepresivos en depresión y en trastorno obsesivo compulsivo. Síndrome orgánico cerebral con síntomas afectivos
secundarios. Tratamiento de agresión crónica/conducta antisocial/impulsividad. Disminución de la inquietud hasta
en un 50% de los pacientes con esquizofrenia. Migraña.
Acción Terapéutica:
Estabilizador del ánimo.
Presentaciones:
Envase conteniendo 50 comprimidos ranurados.
Posología:
Inicio de tratamiento y dosificación: antes de comenzar el tratamiento con litio se debe obtener: historia
psiquiátrica y médica completa; examen físico; hemograma; creatininemia; pruebas tiroideas, electrolitos
plasmáticos; ECG en pacientes mayores de 65 años o con antecedentes de patología cardíaca. Si se trata de un
adulto joven, sano físicamente, se puede comenzar con 300 mg 3 veces al día. En el caso de un adulto mayor se
comienza con 450 ó 600 mg al día divididos en 2 tomas diarias. A la semana de comenzado el tratamiento se debe
controlar el nivel plasmático de litio (litemia), ya que el estado de equilibrio se logra a los 5 ó 7 días de
iniciado el tratamiento, para decidir si es necesario ajustar la dosis. Como regla general, al aumentar 300 mg de
dosis se produce un aumento de la litemia de 0.3 mEq/l. Se recomienda dividir las dosis en 2 tomas diarias,
dejando para la noche la dosis mayor. La dosis diaria promedio es entre 900 y 1.200 mg al día. La litemia óptima
es entre 0.8 y 1.2 mEq/l en casos agudos. En el tratamiento de mantención la litemia óptima es entre 0.5 y 0.8
mEq/l. Un grupo pequeño de pacientes, especialmente entre los de edad avanzada, no tolera y no requiere niveles
mayores de 0.4 mEq/l. Por otro lado algunos pacientes jóvenes requieren litemias de mantención entre 0.9 y 1.0
mEq/l. La litemia debe medirse 12 horas después de la última dosis. El efecto terapéutico del litio se alcanza
después de 10 a 14 días de iniciado el tratamiento, por esta razón, en el caso de una manía aguda, se requiere
además el uso de neurolépticos y benzodiazepinas. El paciente en tratamiento con litio debe evitar la
deshidratación. Debe ser instruido para contactar a su médico en caso de presentar fiebre, vómitos o diarrea. Es
importante suplementar la ingesta de líquidos y sodio en el caso de presentar algunas de estas 3 condiciones
mencionadas. En estos casos se observará al paciente de cerca y se controlará la litemia para decidir si se debe
reducir la dosis de litio o incluso suspenderlo transitoriamente. Control de litemia: días después de iniciado el
tratamiento, a menos que exista sospecha de intoxicación. Dos semanas después del inicio del tratamiento. Tres
meses después del inicio del tratamiento. Seis meses después del inicio del tratamiento. Una vez al año en el caso
de un paciente estable, sin cambio de dosis. Cada vez que se hace un cambio en la dosis se debe repetir a los 7
días. Cada vez que se sospeche de intoxicación. Recordar al paciente que la litemia debe tomarse 12 horas después
de la última dosis de litio. Control de creatinina: basal; a los 3 meses de iniciado el tratamiento; a los 6 meses
de iniciado el tratamiento; 1 vez al año en pacientes estables. Control de pruebas tiroideas: basal; a los 3 meses
de iniciado el tratamiento; a los 6 meses de iniciado el tratamiento; 1 vez al año en pacientes estables. El litio
ha demostrado potenciar el efecto de antidepresivos de distintas clases, como son los tricíclicos, inhibidores de
la MAO, etc. Cuando el litio se usa como potenciador se recomienda mantenerlo por unos 3 meses, y después
continuar sólo con el antidepresivo. En general el efecto potenciador se observa durante la primera semana. Al
usar el litio asociado al antidepresivo se deben alcanzar litemias en el rango terapéutico habitual, es decir
entre 0.6 y 1.0 mEq/l.