disfagia

Disfagia, dificultad para la deglución. La deglución tiene una fase voluntaria (alimento empujado por la lengua hacia la faringe) y una involuntaria (reflejo de deglución), complejo proceso neuromuscular por el que progresivamente primero se relajan y luego se contraen las musculaturas (esfínteres) de faringe y esófago para hacer progresar el bolo alimenticio en el proceso de la digestión; simultáneamente otros músculos cierran herméticamente la vía aérea para impedir la aspiración de alimentos. La disfagia puede deberse a obstrucción al paso de alimentos (disfagia mecánica, dificultad para tragar sólidos) o a mal funcionamiento de los mecanismos de deglución (disfagia neuromuscular, igual o mayor dificultad para tragar líquidos). La disfagia mecánica puede ser producida por obstrucción del conducto deglutorio (bolo demasiado grande, cuerpo extraño), por estrechamiento del conducto o por compresión desde el exterior. El estrechamiento puede deberse a inflamación (faringitis, epiglotitis, esofagitis), membranas (enfermedad de Plummer-Vinson), cicatrices (de úlceras, cáusticos, cirugía) o tumores benignos o malignos (cáncer de esófago). La compresión externa puede proceder de las vértebras, la faringe, el tiroides, los grandes vasos o el mediastino (tumores mediastínicos). La disfagia neuromuscular está causada por defectos para iniciar el reflejo de deglución (lesiones bucofaríngeas, falta de saliva, alteraciones de sensibilidad), por alteraciones de los músculos estriados faríngeos y esofágicos (lesiones cerebrales, enfermedades neuromusculares, parálisis), o por alteraciones del músculo liso esofágico (achalasia, esclerodermia, miopatías). El tratamiento de la disfagia es el de su causa.
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