Composición:
Clonazepam 0.5 mg:
Cada comprimido contiene: Clonazepam 0.5 mg. Excipientes: Lactosa Monohidrato; Almidón Pregelatinizado; Celulosa
Microcristalina; Estearato de Magnesio.
Clonazepam 2 mg:
Clonazepam 2 mg. Excipientes: Lactosa Monohidrato; Almidón Pregelatinizado; Celulosa Microcristalina; Estearato de
Magnesio.
Contraindicaciones:
No debe utilizarse en presencia de bloqueo cardíaco de segundo o tercer grado. Pacientes con insuficiencia cardíaca no
tratada.
Acción Terapéutica:
Ansiolítico. Antipánico. Anticonvulsivante.
Presentaciones:
Comprimidos 0.5 mg:
Envase conteniendo 30 comprimidos.
Comprimidos 2 mg:
Envase conteniendo 30 comprimidos.
Posología:
La dosis oral inicial usual en adultos como anticonvulsivante es de 0.5 mg 3 veces al día. La dosis pediátrica usual
como anticonvulsivante en niños menores de 10 años, es de 0.01-0.03 mg/kg/día fraccionados en 2 ó 3 veces. En el
tratamiento de pánico, la dosis inicial usual en adultos es de 0.25 mg 2 veces al día. Si se desea discontinuar la
terapia, la dosis debe disminuirse en forma gradual.
Efectos colaterales:
Los pacientes geriátricos y debilitados, niños y pacientes con trastornos hepáticos son más sensibles a las
benzodiazepinas en el SNC. Pueden aparecer mareos o sensación de mareos, somnolencia y raramente alteraciones del
comportamiento, alucinaciones, rash cutáneo o prurito, cansancio y debilidad no habituales, trastornos de la
micción.
Contraindicaciones:
No debe utilizarse en presencia de bloqueo cardíaco de segundo o tercer grado. Pacientes con insuficiencia cardíaca no
tratada.
Precauciones:
Evitar el consumo de alcohol o de otros depresores del SNC durante el tratamiento. Tener precaución en los ancianos si
se produce somnolencia, mareos, torpeza e inestabilidad. El clonazepam atraviesa la placenta, por lo que debe
evitarse su uso durante el embarazo, sobre todo durante el primer trimestre. Por excretarse en la leche materna se
debe evaluar la relación riesgo-beneficio antes de prescribirlo durante el período de lactancia, ya que puede
provocar sedación en el recién nacido y posiblemente dificultades en la alimentación y pérdida de peso. En el
tratamiento a largo plazo en niños debe evaluarse la relación riesgo-beneficio por los posibles efectos adversos
sobre el desarrollo físico o mental, que pueden no evidenciarse hasta después de muchos años.