La alergia al vino: Sus síntomas y causas

En los últimos años han salido a la luz diferentes investigaciones que han demostrado los efectos beneficiosos del vino. Hoy sabemos que esta bebida antiquísima mejora el flujo sanguíneo disminuyendo el riesgo de enfermedades cardio y cerebrovasculares, también previene la pérdida de densidad ósea y es un potente antioxidante que combate el envejecimiento. Sin embargo, hay personas que son alérgicas al vino. ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo saber si eres alérgica al vino?

Los síntomas de la alergia al vino

La alergia ocurre cuando nuestro sistema inmune reacciona de manera exagerada ante un estímulo del medio porque lo considera peligroso. En este punto libera la histamina, que es la responsable de los síntomas de la alergia.

La alergia al vino sigue este mismo camino y puede provocar desde la anafilaxia con severas dificultades para respirar cuando se bebe vino hasta síntomas menores, como vómitos, calambres, ojos rojos, secreciones nasales, manchas rojas en la piel y ardor y diarrea. Otros síntomas comunes son: dolor de cabeza, migraña, eczema y fatiga.

¿A qué se deben estos problemas?

Los síntomas están causados por una intolerancia a alguno de los componentes del vino, normalmente se debe a los sulfitos, una sustancia que se desprende de manera natural cuando se realiza el vino, aunque en ciertos casos también se le añade. De hecho, se estima que 1 de cada 100 personas es muy sensible a los sulfitos.

No obstante, las glicoproteínas contenidas en el vino también pueden causar alergia, algunas se forman durante el proceso de fermentación, otras ya están presentes en las mismas uvas. También existe la posibilidad de que la persona sea alérgica a determinadas variedades de uvas. Por ejemplo, se conoce que el vino tinto genera más reacciones alérgicas que el vino blanco. De hecho, muchas personas se sienten peor después de haber bebido una copa de vino tinto que si consumen la misma cantidad de vino blanco.

Obviamente, existen otros agentes que pueden provocar la alergia, desde las bacterias que contiene el vino hasta el alcohol en sí mismo. Obviamente, para las personas que padecen de este problema, la abstinencia es la mejor opción.