¿Qué es la legionela?

¿Sabes qué es la legionela? La legionela o legionelosis es una enfermedad bacteriana no contagiosa de origen ambiental que se desarrolla a causa de la bacteria Legionella pneumophila. Por lo general, suele presentar dos manifestaciones clínicas: la forma neumónica también conocida como la enfermedad del legionario y la forma no neumónica o fiebre de Pontiac.

De manera general, el período de incubación de esta enfermedad transcurre entre ocho y diez días, luego de los cuales aparecen los primeros síntomas específicos de la enfermedad: fiebre, tos y dificultades respiratorias. Así, durante varios días los pacientes se sienten cansados y débiles, presentando fiebre alta superior a los39,5°Cy con una tos persistente que caracteriza el inicio de la infección pulmonar. En ocasiones pueden aparecer también síntomas gastrointestinales como náuseas, diarreas, vómitos e incluso malestar abdominal, así como otras manifestaciones de dolor muscular, de tórax o dolor de cabeza.

En especial, la legionelosis neumónica suele caracterizarse por la presencia de neumonía y fiebre muy elevada, mientras que la fiebre de Pontiac suele ser una infección pulmonar más leve que solamente muestra signos de fiebre aguda. Debido a sus fuertes manifestaciones, para el diagnóstico y tratamiento solo se toma en consideración la legionelosis neumónica y entonces se orientan los antibióticos.

Por lo general, los especialistas consideran que esta enfermedad posee un buen pronóstico, sobre todo si el tratamiento se inicia durante la primera etapa. No obstante, cuando se encuentra comprometido el sistema inmunitario, en los casos de personas trasplantadas o con alguna enfermedad crónica, el tratamiento no resulta totalmente exitoso y requiere de otras terapias alternativas para controlar las comunes complicaciones que surgen y evitar la muerte del paciente.

Al respecto, se conoce que los pacientes que sufren de legionelosis con frecuencia, luego de haber eliminado la bacteria de su organismo, continúan con algunos síntomas neurológicos, neuromusculares y de agotamiento ligero durante algunos meses, aunque de manera general, no se reportan secuelas graves y los pacientes al cabo de un año se recuperan totalmente.