No dejes que el trabajo en la oficina arruine tu dieta

Una de las mayores causas de sobrepeso en todo el mundo es el sedentarismo. Y ante esto, muchas persona argumentan que su trabajo en la oficina es muy pasivo y no les deja tiempo de ejercitarse.

No caben dudas de que si debes estar en un escritorio frente a la computadora 8 o 9 horas diarias, será más difícil mantener un peso saludable que si estás fuera de casa la mayor parte del día. Sin embargo, trabajar en una oficina no es excusa para no estar en línea.

Comenzaremos desde Peso Ideal a darte una serie de consejos para que tu trabajo no se interponga en el camino hacia la silueta que deseas. Pero antes, es necesario que repasemos cuales son los principales peligros de trabajar en una oficina.

Muchas horas sentado. La mayoría de las personas deben trabajr sin moverse de sus sillas. El avance de la tecnología, la informatización de todas las actividades humanas sin dudas promueve el sedentarismo constante.

Poco tiempo para comer. algunas personas tienen una agenda realmente ajetreada y pasan su jornada laboral con apenas un pequeño snack. Pero cuando salen de la oficina, comen una cena más que abundante. Si es tu caso, recuerda que varias horas de ayuno no son recomendables.

Mucho tiempo para comer. Por el contrario, hay trabajos más relajados en los que las galletas y los dulces se comparten entre los distintos escritorios a toda hora. Este sin dudas es el enemigo número uno de quienes gustan del picoteo.

Malas opciones para almorzar. Es raro que una empresa provea de un almuerzo sano y nutritivo. Siempre comer fuera de casa hace más difícil seguir una alimentación adecuada.

La tentación de las máquinas. Quizás tu compañía cuentas con varias máquinas expendedoras de café, dulces, gaseosas o papitas que son tu perdición. Verlas cada día en los pasillos es una tentación mu difícil de aguantar.

Si te identifícas con alguno de estos problemas, entonces los siguientes posts irán dirigidos para ti. Pero ante todo  recuerda: trabajar en una oficina no es una excusa para no tener el peso ideal.