Las propiedades curativas del laurel

El laurel es uno de los condimentos típicos de los caldos, los guisos y algunos adobos si bien debe utilizarse con moderación ya que su sabor particularmente fuerte puede ocultar el gusto de los alimentos.

El laurel, aunque no es una de las plantas más comunes en todas las cocinas, resulta un alimento con múltiples efectos beneficiosos para la salud humana. Por ejemplo, dentro de las propiedades curativas del laurel puede mencionarse que sus hojas contienen un aceite esencial compuesto por el cineol y el eugenol que tienen funciones hepatoprotectoras y que además ayudan a reducir los gases y alivian la flatulencia.

Continuando con el elenco de  beneficios para el sistema digestivo, el laurel estimula el apetito por lo que es ideal para las personas que estén desganadas; además, facilita la digestión, previene la acidez estomacal y los espasmos intestinales. Todo esto porque el laurel activa los movimientos intestinales.

En lo que respecta al sistema circulatorio el laurel es útil para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares ya que contiene ácidos grasos insaturados, entre ellos el oleico y linoleico. En relación con el sistema respiratorio, esta planta favorece la expulsión de las mucosidades de las vías respiratorias y contiene sustancias de notable acción bactericida, por lo que resulta beneficiosa para aliviar la bronquitis y la faringitis.

A estas propiedades se le puede añadir que el laurel posee una acción antiinflamatoria por lo que es utilizado para regular el proceso menstrual y también se emplea como diurético para eliminar el exceso de líquidos del cuerpo.

No obstante, debe puntualizarse que el consumo de laurel debe ser moderado ya que se han reportado casos de personas que lo han consumido en exceso y han presentado náuseas, vómitos e irritación de la mucosa gástrica. De hecho, el consumo del laurel está desaconsejado en aquellas personas que posean un estómago delicado o que padezcan de gastritis, úlcera y enfermedades del intestino.