¿A qué se debe el apetito emocional?

¿Cuándo te sientes estresado, ansioso o deprimido, comes más de lo habitual y sueles decantarte por alimentos dulces? Si es así, debes saber que no estás solo, se trata de un comportamiento bastante extendido y en el ámbito de la Psicología se le conoce bajo el nombre de “apetito emocional”. De hecho, esta es una de las principales causas de la obesidad y de que muchas de las dietas fracasen.

¿A qué se debe este apetito y, sobre todo, por qué preferimos los sabores dulces?

Ahora un estudio realizado en el Monell Chemical Senses Center de Filadelfia y publicado en la revista Neuroscience Letters nos brinda una explicación a este comportamiento. Según estos investigadores, la clave se halla en que algunos de los receptores para la hormona del estrés se encuentran en las papilas gustativas.

Para comprender este mecanismo debes saber que cuando nos sentimos estresados, nuestro organismo genera una mayor cantidad de glucocorticoides, unas hormonas que activan a su vez los receptores del cortisol, el cual influiría en nuestra preferencia por un sabor u otro.

Como algunos de los receptores del cortisol también se encuentran en las papilas gustativas, se encargarían de activar precisamente las que detectan los sabores dulces, lo cual explicaría por qué cuando nos sentimos estresados experimentamos una mayor necesidad de comer alimentos azucarados, en vez de apostar por sabores salados o más amargos.

¿Cómo se arribó a estas conclusiones?

Los investigadores analizaron las células gustativas de roedores y descubrieron que cuando estos estaban estresados, tenían más receptores Tas1r3, que son los específicos del sabor dulce. Específicamente, notaron que el estrés incrementaba hasta en un 77% este tipo de receptores. Por tanto, es lógico pensar que se pone en marcha un mecanismo que nos hace disfrutar mucho más de los dulces que de cualquier otro tipo de sabor. Precisamente, como encontramos que esta sensación es placentera, nuestros niveles de estrés disminuyen.

Desgraciadamente,  no podemos apostar por la comida para solucionar el estrés ya que, a la larga, esta solución reporta más problemas que ventajas. No obstante, si te sientes particularmente estresado, siempre puedes recurrir a una fruta, al menos de esta manera no estarás consumiendo calorías vacías.