3 riesgos de dormir pocas horas al día

Atrapados por el estilo de vida moderno y el ritmo agitado de trabajo muchas personas suelen economizar su tiempo durmiendo menos horas al día. Sin embargo, lo que estas personas no saben es que dormir 8 horas cada noche no solo nos ayuda a estar más descansados y relajados al día siguiente, sino que también mejora nuestro estado de salud ya que fortalece nuestro sistema inmunitario y previene numerosas enfermedades. En cambio, diversos estudios han encontrado que cuando dormimos poco a diario, las defensas se reducen y somos más vulnerables a enfermar.

¿Cómo afecta a nuestro cuerpo la falta de sueño?

1. Aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares. Expertos del Instituto del Sueño aseguran que dormir poco está relacionado con un mayor riesgo de padecer alteraciones cardiovasculares. Lo que sucede es que mientras dormimos la tensión arterial se reduce, lo cual ralentiza la actividad del corazón y funge como agente protector. Sin embargo, las personas que duermen poco tiempo no experimentan esta reducción en la tensión arterial, lo cual aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares a largo plazo.

2. Nos hace más propensos a los resfriados. Un estudio realizado en el Colegio Dietrich de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Estados Unidos, ha desvelado que la falta de sueño aumenta el riesgo de resfriarse y padecer gripe. La investigación publicada en la revista Sleep analizó los patrones de sueño de 164 voluntarios, así como su estado de salud y encontró que quienes dormían menos de 6 horas tenían un riesgo 4,2 veces mayor de padecer un resfriado o gripe, en comparación con los que dormían más de 7 horas.

3. Nos hace más vulnerables a engordar. Una investigación realizada por expertos de la Universidad de Chicago asegura que mientras dormimos nuestro organismo depura el exceso de grasa, lo cual contribuye a mantener nuestro peso estable. Sin embargo, si reducimos el sueño de 8,5 horas a 5,5 horas, la quema de calorías se reduce a la mitad. Lo que sucede es que al dormir, se produce un aumento de la resistencia a la insulina, lo cual reduce el gasto energético y favorece la retención de grasas.