Perder peso caminando

No deberíamos subestimar los beneficios de la caminata. Por supuesto, esta actividad sera más eficiente en personas que no están demasiado entrenadas y será de baja intensidad para quienes podrían trotar y seguir trabajando en un nivel aeróbico bajo. Sin embargo, para quienes trotar significa un aumento demasiado elevado de su frecuencia cardíaca (más del 75% de la frecuencia máxima teórica), deberían intener perder peso caminando.
Pero, ¿por qué es necesario un trabajo de menor intensidad para perder peso? Es cierto, si vamos más rápido, quemaremos más calorías. Pero estás provendrán principalmente de los hidratos de carbono y el porcentaj de grasa que quememos no sera significativo. En cmabio, si queremos quemar grasa mediante la actividad aerobica, podemos hacerlo si trabajamos a una frecuencia cardíaca baja (no más del 70%) y durante un tiempo prolongado.
Si subes la intensidad, estimularás un metabolismo que utiliza glucosa (hidratos de carbono) como principal combustible. Además, un mayor esfuerzo implica la generación de ácido láctico, el cual inhibe la lipólisis (el proceso de quema de grasas).
También es bueno que consideres que este tipo de entrenamiento para quemar grasa demanda un gran volumen, ya que mientras más tiempo transcurre, se usan más grasas y menos hidratos como combustible (de ahí la frase “las grasas se queman en el fuego de los hidratos de carbono”).
Pero todo esto no significa que debas simplemente ir a pasaear muy lentamente, deteniendote en donde te plazca. Debes trabajar a un ritmo sostenido, que implique un esfuerzo moderado. Una buena forma de medirlo es con un pulsómetro (la frecuencia cardíaca debería rondar entre el 65 y el 70% de la FMT). Pero si no tienes uno y quieres saber si vas a un ritmo adecuado, un buen indicador de esto es que deberías poder hablar mientras caminas, con una leve dificultad.
En síntesis, caminar puede ser una muy buena forma de bajar de peso, sobre todo si no tienes una forma física adecuada para trotar.