Manchas blancas en la piel

Durante el verano no es extraño que aparezcan manchas blancas en la piel, sobre todo cuando esta se broncea. Se trata de un trastorno epidérmico muy común caracterizado por la aparición de manchas de color blanco o rosado, fundamentalmente en la zona de la cara, el cuello, los brazos e incluso el pecho. Algunas veces pueden ser escamosas y secas al tacto. La cantidad de manchas varía de una persona a otra por lo que en algunos pueden encontrarse solo 4 o 5 manchas mientras que otras personas pueden llegar a tener incluso 20 o más.

Aunque es un trastorno que puede aparecer a cualquier edad, por lo general se manifiesta en niños y jóvenes. De hecho, según los datos de la Asociación Española de Dermatología y Venereología más del 30% de los niños padece esta afección. Sus causas aún no se han podido delimitar del todo, aunque la mayoría de los especialistas coinciden en que se relaciona con factores medioambientales como el viento y el sol, por eso problema es más común durante el verano, cuando el sol es más fuerte y nos exponemos más a sus rayos. Sin embargo, también se conoce que otros factores, como la deshidratación de la piel, el cloro de las piscinas, la temperatura y la humedad del entorno, pueden incidir en la aparición de estas manchas.

Vale aclarar que se trata de un trastorno crónico pero completamente benigno que no provoca mayores afectaciones para la salud. Sin embargo, aunque no tiene consecuencias directas sobre la salud, si puede tener una repercusión negativa sobre la autoimagen y la autoestima de quien lo padece. Por esta razón, es recomendable tomar algunas precauciones para evitar que aparezcan esas manchas.

¿Cómo prevenir las manchas blancas en la piel?

1. Evita exponerte al sol en los horarios puntas, como el mediodía, ya que sus rayos son más intensos.

2. Disminuye el tiempo que pasas al sol.

3. Recurre a los protectores solares y asegúrate de que tengan un factor de protección adecuado.

4. Mantén la piel adecuadamente hidratada, tomando abundante líquido y usando cremas hidratantes.

5. Báñate con prudencia, una vez al día normalmente es suficiente ya que de lo contrario la piel podría secarse demasiado. Asegúrate de no usar agua demasiado caliente y de apostar por productos de higiene que respeten el pH de tu piel.