Las propiedades del tomate

El tomate es uno de los alimentos casi omnipresente en la dieta mediterránea; ya sea en su estado natural formando parte de las ensaladas, en puré para servir de sofrito, en el Ketchup o simplemente como zumo. Lo cierto es que las propiedades del tomate para la salud humana son muchas.

Dentro de las propiedades del tomate pueden mencionarse: su capacidad para prevenir hasta nueve tipos de cáncer diversos, reducir los niveles de colesterol “malo”, combatir distintos tipos de infecciones, fortalecer el sistema inmunológico, eliminar el ácido úrico, paliar los síntomas de la artritis y reducir el riesgo de infarto cardiovascular.

Si nos referimos a las propiedades del tomate en lo que respecta a la nutrición, éste nos brinda fundamentalmente vitaminas C y A, pero también aporta hierro y otros minerales en proporciones menores como el sodio, el potasio, el manganeso, el calcio y el fósforo.

En lo tocante a su idoneidad para incluirlo en las dietas adelgazantes debe puntualizarse que un tomate de mediano a pequeño (unos 100 gramos) nos aporta unas 23 Kcal, de las cuales solo un pequeño porcentaje corresponde a las grasas. Esta propiedad, unido a su poder diurético y al hecho de que su elevado contenido en agua y fibra brinda la sensación de saciedad, lo convierten en un alimento ideal para insertarse en cualquier dieta para adelgazar.

Debe conocerse que una buena parte de las propiedades beneficiosas del tomate provienen del licopeno, la sustancia que le brinda el color rojo y que resulta muy saludable. Curiosamente, al contrario de lo que sucede con otros alimentos, cuando el tomate se cocina o se procesa no pierde el licopeno. De hecho, investigaciones recientes afirman que nuestro organismo absorbe mucho mejor el licopeno del tomate si éste viene procesado.

No obstante, las personas que padecen de problemas gastrointestinales deben consumir con moderación el tomate ya que éste puede resultarles indigesto. Una posible solución para no privarse de las propiedades del tomate es consumirlo sin las semillas y eliminando la fina película que lo recubre.