Las propiedades del chocolate blanco

El chocolate blanco es un alimento rico en grasas e hidratos de carbono de manera que le aporta al organismo gran cantidad de energía. Estas grasas proceden de la manteca de cacao empleada en su producción y contiene elevadas proporciones de ácido esteárico que se caracteriza por no afectar el nivel de colesterol en sangre a diferencia de otros ácidos grasos.

En la composición del chocolate blanco se presentan además minerales como el potasio, el fósforo, el calcio, el magnesio y vitaminas A, E, K, B1, B6 y ácido fólico. Sin embargo, también se encuentran en menores cantidades, proteínas, fibras, hierro, yodo, zinc, y vitaminas como la B2, B3, B5 y B7.

De manera general, los nutricionistas aseveran que el chocolate blanco aporta 529 calorías, 58,3 gramos de hidratos de carbono, 30,9 gramos de grasa y 8 gramos de proteínas por lo que resulta un alimento eficaz en casos de necesidad calórica extra sobre todo durante la práctica de actividades físicas intensas como la práctica de deporte.

Entre las propiedades del chocolate blanco se conoce esencialmente que es recomendable para los huesos sobre todo durante el período del embarazo debido a sus elevadas proporciones de calcio. Sin embargo, se contraindica a todas las personas que mantengan una dieta para adelgazar por sus dosis elevadas de calorías, así como en casos de diarreas, mala absorción intestinal, piedras en la vesícula biliar, diabetes o ante casos de triglicéridos elevados por sus altos contenidos en grasas y azúcares.

Por ello su consumo debe ser riguroso, pues aunque posea elevados niveles nutricionales su ingestión excesiva puede acarrear varios problemas para la salud humana.