El trastorno adaptativo: ¿Qué es?

El trastorno adaptativo es uno de los problemas psicológicos más comunes. De hecho, alrededor del 20% de las personas que acuden a una consulta de Psicología padecen este trastorno. Se trata de una situación de malestar, provocada por una situación estresante, que puede ser desde la pérdida del trabajo hasta un cambio de ciudad, una ruptura sentimental, un desastre natural o incluso la llegada de un bebé.

En este caso, la persona no cuenta con los recursos psicológicos necesarios para hacerle frente a la situación, por lo que experimenta una serie de síntomas de malestar que pueden ir desde la depresión y la ansiedad hasta los trastornos de conducta, que son más comunes en los niños y adolescentes.

El trastorno adaptativo se presenta en algún momento a lo largo de los tres meses siguientes a la situación estresante pero cuando esta desaparece, los síntomas van remitiendo, en el arco de seis meses, aproximadamente. De hecho, siempre que sea posible, la mejor alternativa de tratamiento consiste en alejarse de la situación, al menos hasta que la persona pueda desarrollar las estrategias de afrontamiento necesarias.

El principal problema del trastorno adaptativo es que la persona siente que no puede lidiar con la situación que provoca el malestar, le resulta insoportable, pero a la misma vez, se ve incapaz de encontrar una solución. Por eso, en algunos casos la desesperanza y la frustración sientan casa, dando pie a ideas suicidas.

Cuando existe una condición médica de base, el trastorno adaptativo es aún más peligroso ya que el malestar que genera hace que la persona no siga el tratamiento. Como resultado, la enfermedad puede empeorar.

¿Todos podemos sufrir un trastorno adaptativo?

En sentido general, todas las personas pueden sufrir un trastorno adaptativo pero aquellas que viven en condiciones más desfavorables están más expuestas ya que deben enfrentar un mayor número de situaciones estresantes.

No obstante, la instauración del trastorno dependerá en gran medida de la resiliencia de la persona y de cómo afronte la situación. Por eso, este tipo de trastornos es más común en niños, adolescentes y jóvenes ya que, a medida que maduramos, desarrollamos diferentes estrategias para hacerle frente a los problemas que nos plantea la vida.