¿Cómo preparar un tupper saludable?

El día a día a menudo nos exige mucho. Entre tantas tareas, es difícil encontrar un espacio para almorzar con tranquilidad por lo que solemos terminar echándole mano a lo primero que encontramos. Sin embargo, esta falta de planificación puede pasarnos factura, sobre todo a  lo largo del tiempo.

Una excelente idea para almorzar de manera sana y equilibrada consiste en prepararnos un tupper y llevárnoslo al trabajo. De esta manera no solo ahorraremos tiempo y dinero sino, lo que es aún más importante, estaremos seguros de que nos estamos alimentando correctamente. De hecho, hace poco salió a la luz un estudio que demostraba que en los últimos cinco años, la cantidad de sal en los alimentos preconfeccionados había aumentado en un 6%. Por tanto, no caben dudas de que prepararnos un tupper es la mejor alternativa.

Consejos para preparar un almuerzo saludable

– Evita los alimentos con mucha grasa y azúcar. Además de ser poco saludables, pueden provocar molestias estomacales y ralentizan la digestión por lo que no son la opción más indicada si después debes continuar trabajando.

– Apuesta por las frutas, las verduras y los carbohidratos complejos. Estos alimentos son saludables y te darán la energía que necesitas para continuar con el resto de la jornada. Además, son muy fáciles de preparar y si eliges bien las recetas, no necesitarás calentarlos.

– Prepara un menú semanal. No elijas lo primero que encuentres en la despensa. Organiza un menú semanal bien equilibrado para que te asegures de consumir todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.

– Evita los alimentos que contengan huevo, nata, productos lácteos, cremas y mariscos porque en estos las bacterias proliferan con mayor rapidez y hay más riesgos de que puedas sufrir una intoxicación alimentaria.

– Asegúrate de cocinar adecuadamente los alimentos, sobre todo la carne ya que si no la cocinas lo suficiente existen mayores probabilidades de que aparezcan agentes patógenos.

– Añade los alimentos en conserva y los aliños en el momento en que vayas a consumir la comida, nunca antes. Siempre que el plato te lo permita, se recomienda añadirle un poco de limón porque este retrasa el crecimiento bacteriano.