Vino para la piel

En los últimos años se han desarrollado numerosos estudios que exaltan las propiedades del vino para nuestra salud. Sin embargo, en esta ocasión hablaremos de los beneficios del vino para la piel. De hecho, sus propiedades antioxidantes nos ayudan a eliminar las toxinas, facilitan que los poros abiertos se cierren, nos permiten eliminar las manchas y también tienen un efecto rejuvenecedor. El vino también tiene una potente acción bactericida por lo que es ideal para atacar el herpes y también tiene propiedades antisépticas, sobre todo cuando es añejo.

Un vino para cada tipo de piel

En dependencia del tipo de piel, podrás usar uno u otro vino e incluso mezclarlo con otros ingredientes como el agua de rosas o las almendras. Debes tener presente que cada vino tiene una composición diferente por lo que todos no son válidos para ciertos tipos de pieles.

Si tienes la piel grasa y eres propensa a sufrir acné, se recomienda el vino tinto puesto que este tiene una concentración elevada de polifenoles y resveratrol, dos compuestos que no solo combaten los radicales libres sino que también tienen propiedades anti inflamatorias.

En el caso de que tengas la piel seca, puedes elegir un vino dulce. El secreto radica en los alfa-hidroxiácidos, una sustancia que mantendrá tu piel más hidratada debido a que actúa directamente sobre la epidermis fijando el agua en las células. Por otra parte, este compuesto también tiene un efecto exfoliante y estimula la producción de colágeno por lo que atenúan las arrugas y líneas de expresión.

En sentido general, debes saber que el vino tinto tiene un efecto anti-envejecimiento mientras que el vino blanco es perfecto para cerrar los poros. No obstante, antes de usar uno u otro, siempre debes lavarte bien la cara, preferiblemente con una crema limpiadora ya que así permitirás que los compuestos del vino penetren con mayor rapidez y potenciarás su eficacia.