Maneras de perder peso corriendo

Una de las mejores actividades a las que se pueden recurrir para perder peso es la carrera. Sin embargo, es importante saber que no toda rutina en una pista, un parque o una cinta de correr de un gimnasio ayuda a deshacerse de la grasa.

Se debe recordar que el tejido adiposo sólo se utilizará como combustible luego de haber empleado una cantidad considerable de hidratos de carbono. Y es por ello que se debe intentar realizar la actividad de modo tal que se priorice el consumo de lípidos con el fin de perder esa grasa tan indeseada.

La manera más habitual de perder peso corriendo es mediante el método continuo. Se trata sin dudas de la forma más sencilla y la más recomendada para principiantes. Consiste en un ejercicio aeróbico prolongado de al menos 30-40 minutos, y a una intensidad baja.

Recién a partir de ese tiempo, la cantidad de grasa que se use para proveer de energía al cuerpo será significativa (aunque claro, los hidratos de carbono almacenados en forma de glucosa seguirán siendo el combustible principal).

Si bien con una intensidad baja se queman menos calorías, estas provendrían en menor proporción de las grasas.  Correr a un ritmo más lento tiene una base fisiológica: esto estimula el metabolismo de los ácidos grasos libres que se encuentran en el cuerpo y ayuda a emplearlos como energía. Además, una intensidad alta aumenta la secreción del cortisol, una hormona que inhibe el proceso de quema de grasas.

Vale recordar que para medir la intensidad con la que trabajamos, es preferible hacerlo midiendo la frecuencia cardíaca con un pulsómetro. En este caso, la intensidad a la que se debería trabajar es entre un 60 y un 70% de la frecuencia máxima teórica.

Correr a modo continuo para perder peso es muy recomendable para quienes han comenzado una rutina de trote y están listos para un volumen de entrenamiento considerable, pero no tienen un nivel de forma física que les permita entrenar a altas intensidades. Y además de eliminar grasa, redituará en otros beneficios como mejoras de la salud cardiovascular y una mayor motivación a la hora de la dieta.