Los remedios para el herpes labial

Hasta el día de hoy, no se conoce un tratamiento que elimine por completo el virus del herpes simple. Sin embargo, existen algunos remedios para el herpes labial que pueden atenuar los síntomas provocados por las lesiones de esta enfermedad.

Entre los remedios más recomendados para el herpes labial se encuentra el uso del cobre, el oro y la plata como parte de la oligoterapia, aplicada fundamentalmente cuando en la persona tiende a presentar cuadros recurrentes de herpes labial y existe una tendencia a la fatiga o el cansancio crónico. También suelen aplicarse varias veces al día unas gotas de aceite del árbol del té o la esencia natural de lavanda. Estas sustancias tienen propiedades antivirales por lo que hacen que los síntomas desaparezcan en muy poco tiempo.

Sobre la lesión también se emplean varias veces al día las compresas empapadas en leche. Estas ayudan a aliviar el dolor y aceleran el proceso de curación. Lo mismo vale para la infusión de hojas de guayaba (disueltas en un litro de agua y dejadas en ebullición durante cinco minutos) que se aplica varias veces en la zona afectada.

También se emplea la pulpa de aloe vera (sábila) de forma tópica en la zona de las lesiones. Este remedio acelera el proceso de cicatrización de las erupciones debido a las propiedades antibacterianas, analgésicas y regeneradoras del aloe vera. Se pueden emplear además algunos bálsamos labiales a base de aloe vera en combinación con otras sustancias naturales que permitan proteger, reparar e hidratar a profundidad la zona afectada, favoreciendo de esta forma la curación del herpes.

También es común ponerse hielo directamente sobre la zona afectada a partir de las primeras manifestaciones de cosquilleo de manera que se logre reducir la inflamación. Específicamente, para calmar el ardor de la lesión puede aplicarse directamente una infusión de té negro varias veces en el día.

Para cicatrizar la herida puede a su vez, limpiarse la lesión con pulpa de tomate y aplicar posteriormente el aloe vera, o aplicar un pedazo de algodón empapado con hamamelis, siempre varias veces del día.