Liberación miofascial: ¿Qué es?

El sistema fascial es una estructura formada por infinitas vainas de tejido conjuntivo que se dispersan a lo largo de todo el cuerpo de forma tridimensional para envolver a las formaciones anatómicas del organismo humano. Así, desempeña un papel esencial en el funcionamiento corporal sirviendo de estructura, protección, nutrición y soporte a nuestro cuerpo.

Sin embargo, estas estructuras son muy proclives a  padecer del denominado síndrome de dolor miofascial, que consiste en restricciones en el interior de la estructura debido a lesiones, cirugías, inflamaciones, presiones sobre la estructura, desequilibrios posturales o una tensión anormal sobre el mismo. De esta manera, suele provocar un intenso dolor y una considerable disminución en la función que desempeña.

En este sentido, es común que se emplee una liberación miofascial, una técnica que permite equilibrar nuevamente el sistema fascial del organismo a la vez que le brinda flexibilidad al sistema esquelético y al tejido blando. Sus principales objetivos se orientan a disminuir el dolor provocado por la alteración, aumentar el movimiento de la articulación dañada y restaurar el equilibrio general del sistema musculoesquelético del cuerpo.

Mediante esta técnica el terapeuta logra identificar el área dolorosa y entrenar a la estructura fascial para que se relaje y se libere paulatinamente. Así, después de que el tejido esté relajado, el fisioterapeuta ayuda a la estructura a seguir un patrón de movimiento espontáneo para conseguir la liberación completa. En este sentido se considera esencial el estiramiento del tejido conjuntivo de manera natural, sin forzar la flexibilidad de la estructura.

Para aplicar la técnica existen tres métodos esenciales: la compresión isquémica manual, el estiramiento con aerosol y la punción seca o inyección anestésica. Sus resultados suelen ser bastante efectivos si se aplica correctamente la técnica y con el paso del tiempo puede provocar una profunda relajación en todo el cuerpo.