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Las carrillas de porcelana: ¿Qué son?

Las carrillas de porcelana son un método de restauración que cubre la cara frontal de los dientes y cuya finalidad por lo general es estética. Este método surgió alrededor de los años ‘20 debido a las exigencias constantes de los artistas de cine por mostrar una dentadura perfecta. No obstante, ha sobrevivido hasta nuestros días aunque, por supuesto, se ha logrado una terminación impecable.

Para emplear este método de reconstrucción se debe grabar la cara interna de la carilla en un ácido para seguidamente emplear un cemento de resina especial que se adhiere a cada pieza dental a través del esmalte grabado. De esta manera, el resultado final es un trabajo estético exquisito donde la dentadura puede alcanzar la blancura, la igualdad y el esmalte que se desee.

Usualmente las carrillas de porcelana son empleadas en el tratamiento de las alteraciones del color de los dientes ya sea por el empleo de fármacos o por el consumo de algunas sustancias como el café o el tabaco. También suele emplearse en las deformaciones de los dientes cuando estos son muy pequeños de forma afilada, muy cortos o simplemente cuando han sido víctimas del desgaste.

Este método reconstructivo puede utilizarse además en los casos de alteraciones en la posición de los dientes cuando se encuentran inclinados hacia la lengua, u ocupan un lugar que no les corresponde. Con mucha frecuencia se utilizan en las fracturas de los bordes de las piezas dentales, cuando poseen ligeros o moderados huecos entre los dientes.

Sin embargo, a pesar de la amplia gama de alteraciones que este método puede minimizar, los especialistas la contraindican en los casos donde se evidencien graves alteraciones en las relaciones esqueléticas intramaxilares, en las rotaciones profundas del diente hacia el labio, así como en los casos de bruxismo, parafunciones no tratadas, casos de multicaries y en las alteraciones graves del esmalte.