La Ortorexia Nerviosa: El riesgo de obsesionarse con la comida sana

Cuidar nuestra dieta es una tarea que debemos tomarnos en serio porque los excesos o los defectos pueden causar daños irreparables a nuestro organismo. No obstante, existen ocasiones en las cuales sobrepasamos los límites y caemos en la obsesión, entonces se hace referencia a la Ortorexia Nerviosa.

El término Ortorexia Nerviosa se utiliza para designar una patología eminentemente psicológica en la cual las personas asumen una relación neurótica con los alimentos de forma que la actividad de buscar y cocinar las comidas se convierte en una obsesión que determina su vida y le produce dificultades para insertarse eficazmente en la sociedad.

Aunque puedas creer que este trastorno es poco común, el Instituto de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Roma La Sapienza estima que el 6.9% de los italianos sufre de Ortorexia Nerviosa.

¿Cuáles son los principales síntomas de la Ortorexia Nerviosa?

– Dedicar más de 3 horas diarias a pensar en cómo elaborar una dieta sana y planificación excesiva de lo que se comerá al día siguiente.

– Necesidad obsesiva de conocer cada uno de los ingredientes del menú.

– Disminución de la calidad de vida en la misma medida en que aumenta la “calidad” de la alimentación.

– Fuertes sentimientos de culpabilidad cuando no se cumple con los principios dietéticos que usualmente son establecidos por la misma persona.

– Aislamiento social provocado por el tipo de alimentación ya que estas personas difícilmente comen fuera de su casa.

Como puede presuponerse, en la obsesión por la comida sana estas personas llegan a excluir alimentos básicos lo que les conduce a cuadros anémicos o a déficits de vitaminas y minerales. Esto también sucede porque aunque estas personas inician con una dieta recomendada por un especialista con el pasar del tiempo van incluyendo sus propias “reglas dietéticas”.

El tratamiento de la Ortorexia Nerviosa suele demandar de mucho tiempo, sobre todo porque las personas que sufren este trastorno están convencidas de que los demás son quienes se equivocan. En algunas ocasiones incluso es necesario aplicar la farmacología propia del trastorno obsesivo-compulsivo.