Consejos para comer bien el fin de semana

Si bien es cierto que las jornadas laborales nos llenan de ansiedad y muchas veces nos llevan a comer más (sobre todo si nuestra labor implica estar encerrados en una oficina), también es una stuación peligrosa para nuesta alimentación tener días libres. En otras palabras, los fines de semana presentan posibilidades reales de que arruinemos nuestra dieta si no nos cuidamos.

Almuerzos en familia, salidas a restaurantes, fiestas, paseos llenos de snacks por el camino… Los días libres pueden ser toda una perdición. Es por eso que debemos ser concientes de que para no tirar por la borda todo el esfuerzo de la semana, hay que mantener una conducta correcta también los sábados y domingos. Para ello te damos algunos consejos.
1. No dejes de hacer varias comidas al día, incluídas colaciones saludables como frutas, verdures o yogur. Esto te permitirá llegar con menos hambre a las comidas.

2. Bebe mucho líquido, pero con pocas calorías. Si vas a una fiesta, puedes beber gaseosas light, o reemplazar la cerveza por su variante sin alcohol, la cual tiene muchas menos calorías.

3. Si vas a un asado, este no tiene que ser necesariamente tu perdición. Puedes escoger los cortes de carne má magros, y acompañarlos con una abundante porción de ensalada.

4. En muchas comidas, el problema no es el plato, sino extender la sobremesa y continuar picando sobras. Retira la comida de la mesa una vez que terminas de comer y te ahorrarás varias calorías.

5. Evita picar mientras está lista la comida. El pan, por ejemplo, puede ser una debilidad que haga de un almuerzo sano un exceso de carbohidratos.

6. Intenta no cenar tan tarde. Muchos gustan de cenar fuera o pedir una pizza un sábado por la noche. Si vas a hacerlo, es mejor que sea temprano para evitar acumular demasiada grasa.

7. No olvides la actividad física. Si te la pasas comiendo y, además de eso no haces otra cosa que aostarte en tu cama a ver televisión, el fin de semana sera una perdición total. Salir a trotar o caminar puede ser un buen gasto calórico que nos permita darnos un gusto.