Linfedema, trastorno caracterizado por la acumulación de líquido linfático en los tejidos blandos, lo que origina una tumefacción de la zona afecta. Esta enfermedad se puede clasificar en primaria y secundaria. El linfedema primario puede deberse a la ausencia o escaso desarrollo de los capilares linfáticos o bien a una obstrucción crónica de los mismos. Es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Dentro de este grupo se pueden incluir el linfedema congénito o enfermedad de Milroy, que comienza a desarrollarse después del nacimiento; el linfedema precoz o enfermedad de Meige, que comienza a manifestarse en la adolescencia; y el linfedema tardío que aparece en la edad adulta. En el linfedema secundario los capilares linfáticos, que estaban sanos, aparecen dañados; se produce típicamente en dos circunstancias: tras la extirpación quirúrgica de los conductos linfáticos al realizar una mastectomía en los casos de cáncer de mama, originando una obstrucción del drenaje linfático; y tras la infestación de los vasos linfáticos por filarias; esta última es la causa más frecuente de linfedema secundario. El tratamiento consiste en un cuidado exquisito del miembro afectado para evitar lesiones en la piel distendida y la infección del mismo. Es importante animar al enfermo a realizar ejercicio de una forma moderada y recurrir a la utilización de medias de compresión para reducir el volumen de líquido acumulado. En el caso de infección es adecuado el uso de antibióticos.