” Lesión por sobrecarga, trastorno relacionado con el esfuerzo, por lo general de las extremidades superiores, producido por contracciones musculares repetitivas durante acciones como el teclear. También se denomina síndrome de sobrecarga o lesión de esfuerzo. Hubo gran controversia sobre si este trastorno es una verdadera enfermedad. Se caracteriza por fatiga, dolor, debilidad de extremidades superiores, rigidez y calambres. Tiene un inicio gradual pero también puede aparecer de forma aguda. Al principio los pacientes presentan dolor o fatiga al final de la jornada laboral, que mejora con el reposo nocturno. Más adelante el dolor se hace constante incluso al interrumpir el trabajo. Por lo general, se interpreta como un fenómeno complejo, que incluye un grupo de factores heterogéneos. Se suelen encontrar condicionantes sociales y psicológicos además de los médicos. También se ha argumentado que no hay síntomas clínicos y que no existe ninguna lesión objetivable. Muchos médicos piensan que es un trastorno psicosomático aunque los pacientes afectados presentan síntomas e incapacidad. No se debe confundir con la tendinitis o crepitación, en la que existe una patología subyacente bien determinada (la lesión por sobrecarga no responde al tratamiento con corticoides y la tendinitis sí). Afecta seis veces más a las mujeres que a los hombres, quizá por la elevada proporción de mujeres empleadas como secretarias y en ocupaciones similares. En las décadas de 1980 y 1990, el aumento del número de individuos que utilizan un teclado durante todo el día podría ser la explicación de la aparición súbita de este trastorno. Se han descrito síntomas similares a lo largo de la historia. La “”parálisis del escribiente”” o calambre del escritor, era el nombre que recibía este trastorno, ya descrito en 1864, provocado por escribir durante periodos de tiempo prolongados. Se han anotado casos provocados por el uso excesivo de un cubo de Rubik, un ratón de ordenador o una consola de videojuegos.