Consejos para las mujeres en el gimnasio

Entrenar en un gimnasio es un reto que no debe subestimarse, y cada persona encontrará en la sala de musculación diferentes obstáculos según sus cualidades físicas y actitudinales. Sin embargo, existen algunos factores comunes a las mujeres y que deben reconocerse para poder superarlos.

Uno de ellos es el miedo a levantar cargas relativamente altas. Está claro que una mujer no posee la misma capacidad de mover grandes pesos como un hombre, pero esto no significa que aumentar la intensidad de un ejercicio no pueda ser beneficioso para ella. Las mujeres no están condenadas a levantar las pesas más pequeñas del gimnasio innumerable cantidad de veces. Deben ser conscientes de que si esto ocurre la carga es demasiado baja para producir grandes beneficios.

Otro error habitual entre las mujeres es mirarse demasiado al espejo. Sin dudas que estos son de gran utilidad, puesto que permiten observarnos mientras realizamos un movimiento y de esta manera podemos corregir la técnica de los ejercicios. Pero no debemos desconcentrarnos mirando que tan bien se luce o demás cosas de la figura propia.

Es bueno destacar también que muchas mujeres incurren en un entrenamiento desproporcionado de las distintas partes del cuerpo. Debemos señalar que este fenómeno también se observa en los hombres, aunque con otros músculos. Los preferidos de las mujeres son los glúteos (no hay gimnasio sin una mujer que patee hacia atrás) y los abdominales. Si bien son músculos importantes, hay que asegurarse que tengan la recuperación necesaria entre sesiones de entrenamiento. Además, es ideal un entrenamiento equilibrado de las distintas partes del cuerpo, por supuesto en función de si se trata de músculos grandes o pequeños.

Las mujeres deben animarse a las cargas y concentrarse en los movimientos y en un plan integral que incluya diversa clases de ejercicios y no los más habituales que se repiten sesión tras sesión.