Queratitis, inflamación del tejido corneal (véase Ojo). La córnea es una lente transparente de 43 dioptrías situada en el polo anterior del globo ocular. Compuesta de 5 capas transparentes, no posee vasos. Recibe su nutrición de la esclerótica circundante y del oxígeno del aire, y está inervada por múltiples terminaciones libres del trigémino. Las lesiones corneales producen dolor intenso que aumenta al parpadear, visión borrosa, fotofobia y lagrimeo. En las inflamaciones agudas el tejido corneal presenta edema e infiltración de células inmunes desde la esclerótica. En las inflamaciones crónicas crecen vasos procedentes de la periferia en el interior de la córnea (mamelones vasculares inflamatorios), que alteran su transparencia y producen ceguera. Las queratitis pueden afectar a su capa superficial (epiteliales) o a capas más profundas (subepiteliales). Las epiteliales más frecuentes están causadas por neumococos, estafilococos, herpesvirus, varicela-zóster, adenovirus, paperas, sarampión, rubéola o tracoma, o asociarse al síndrome de Sjögren, a exposición prolongada, a antibióticos de amplio espectro o a déficit de vitamina A. Las queratitis subepiteliales pueden deberse a una sífilis congénita, a infecciones por adenovirus o por el virus varicela-zóster, o a el uso de lentes de contacto. Los traumatismos producen abrasiones de la córnea (lesión de capas superficiales del epitelio) que deben ser examinadas y tratadas por un oftalmólogo (generalmente con cura oclusiva). Los cuerpos extraños corneales deben ser extraídos y el ojo debe ser tratado y vigilado para evitar infecciones.