Mareo, sensación que afecta a muchas personas en diferentes grados al inclinarse, al realizar giros o movimientos de vaivén, o al bostezar. Puede desencadenarse por el movimiento de un barco (mal del navegante), en un avión o incluso en los viajes en coche. Aparece sobre todo cuando el movimiento del vehículo es intenso (mar gruesa, turbulencias aéreas o carreteras con muchas curvas). En casos leves sólo existe una ligera sensación de náuseas, pero en cuadros más severos aparecen vómitos, trastornos del equilibrio y de la marcha, vértigo, pérdida de coordinación e incluso postración importante. Todo el cuadro se debe a la sobreestimulación de unos diminutos órganos pares, localizados en el oído interno, denominados canales semicirculares. La función de los canales semicirculares es identificar los cambios de posición de la cabeza y enviar esta información al cerebro. Para evitar la aparición de los síntomas, es recomendable sentarse en el centro del vehículo en movimiento o, en el caso de los aviones, en la zona de asientos situada sobre las alas. Existen algunos fármacos como la ciclina o el dimenhidrinato que, administrados antes del estímulo cinético, pueden prevenir la aparición de los síntomas de mareo, aunque suelen producir somnolencia o confusión.