Los riesgos que implican los somníferos
Muchas personas recurren a los somníferos para conciliar el sueño. Y es que aunque también existen otras soluciones para dormir, como los ejercicios de relajación o la medicina natural, lo cierto es que las píldoras son la alternativa más rápida. De hecho, las estadísticas del Observatorio Español sobre Drogas apuntan que el 9% de la población española entre los 15 y 64 años toma somníferos, una cifra que se ha duplicado en los últimos 5 años.
El problema radica en que los efectos a largo plazo de los somníferos aún se desconocen. De hecho, los resultados de los estudios más recientes no son muy halagüeños. Se ha apreciado que el consumo frecuente de somníferos autorecetados está vinculado a padecer algunas enfermedades degenerativas y a las muertes tempranas.
3 razones para evitar el uso frecuente de los somníferos
1. Aumenta el riesgo de muerte temprana. Un estudio estadounidense publicado en la revista BMJ encontró que el consumo frecuente de somníferos incrementa hasta en 4,6 veces el riesgo de muerte prematura. Después de estudiar a casi 11.000 personas que tomaban somníferos y a cerca de 24.000 que no lo hacían, los investigadores hallaron que quienes consumían entre 1 y 18 somníferos al año tenían un riesgo de muerte mayor. Evidentemente, el riesgo aumentaba a medida que lo hacía el consumo de somníferos.
2. Provoca trastornos respiratorios durante el sueño. Los estudios han demostrado que el consumo de somníferos altera la respiración durante el sueño provocando ligeros trastornos (como los molestos ronquidos o incluso alteraciones más severas como la apnea del sueño). De investigaciones anteriores ya se conocía que los problemas respiratorios durante la noche aumentan las probabilidades de sufrir accidentes respiratorios.
3. Aumenta el riesgo de padecer una enfermedad oncológica. Un estudio realizado por el Centro del Sueño Viterbi Family en California encontró que el uso excesivo de somníferos aumenta en un 35% la probabilidad de padecer una enfermedad oncológica. Las causas aún no están del todo claras, sin embargo, los investigadores consideran que este riesgo podría deberse a los signos de regurgitación hallados en las personas que toman píldoras para dormir y que se relacionan a largo plazo con daño esofágico y un riesgo mayor de desarrollar cáncer.
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