Fumar aumenta el riesgo de muerte cardiaca repentina

Fumar es un mal hábito que se ha relacionado con numerosas afectaciones respiratorias, cardiacas, cerebrovasculares y metabólicas. Por lo general, se conoce que el humo del cigarrillo suele afectar a los fumadores cuando llevan mucho tiempo con este hábito. Sin embargo, un estudio reciente demuestra que fumar incluso en mínimas dosis y por un corto período de tiempo también puede incrementar el riesgo de muerte cardiaca repentina en las mujeres.

El estudio publicado en la revista Circulation: Arrhythmia & Electrophisiology analizó a más de 100.000 mujeres sanas sin ningún antecedente de enfermedad respiratoria, cardiaca o cerebrovascular. Luego de 30 años realizándole un seguimiento a sus hábitos de vida y a sus historiales médicos, los investigadores contabilizaron el deceso de 351 mujeres a causa de una muerte cardíaca repentina.

Al verificar los hábitos de tabaquismo en el grupo de mujeres, se evidenció que las mujeres que murieron repentinamente a causa de una afectación cardiaca fumaban más que el resto de las féminas del grupo. De esta manera, los investigadores hallaron que las mujeres que fumaban más de 25 cigarrillos al día tenían un riesgo tres veces mayor que el resto a morir repentinamente. Encontraron además que quienes tenían un hábito que se podría calificar como leve y moderado (1 a 14 cigarrillos diarios) también tenían un riesgo dos veces mayor que las demás a morir repentinamente como consecuencia de una enfermedad cardiaca.

Al respecto, los investigadores comentan que estas consecuencias se relacionan directamente con el efecto agudo que la nicotina ejerce sobre el organismo, y que puede ser la causa de ritmos cardiacos anómalos y otras complicaciones relacionadas con estas muertes. Puntualizan además que el elevado riesgo de morir que presentan las mujeres fumadoras puede disminuir notablemente si abandonan este hábito. No obstante, refieren que la mejor solución siempre será no acercarse a un cigarrillo.

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