El trastorno por atracón: ¿Qué es?
Los términos bulimia y anorexia son bastante comunes pero existe un problema alimentario menos conocido, el trastorno por atracón. De hecho, su incidencia en la población es relativamente baja, entre un 3 y un 5%, aunque se estima que alrededor del 30% de las personas que se apuntan a planes para perder peso podrían sufrir este trastorno. Obviamente, sus consecuencias son terribles, tanto desde el punto de vista físico como psicológico.
¿Qué es el trastorno por atracón?
El trastorno por atracón es un desorden alimentario muy similar a la bulimia pues se trata de la ingesta compulsiva de comida. Sin embargo, a diferencia de la bulimia, la persona que sufre este trastorno no muestra conductas compensatorias; es decir, no se induce el vomito, no realiza ejercicios físicos intensos, ni recurre a los laxantes o diuréticos para evitar el aumento de peso. De esta manera, el riesgo principal que corren estas personas es el sobrepeso y la obesidad, con sus consecuentes efectos nocivos para la salud.
No obstante, también es común que las personas con trastorno por atracón experimenten un intenso malestar psicológico, a menudo le asaltan sentimientos de culpa y de vergüenza que pueden dar paso a la ansiedad o la depresión. En muchos casos esos sentimientos contribuyen a crear un círculo vicioso en el cual, el malestar psicológico les impulsa a comer y, una vez que come, se sienten aún peor.
También es frecuente que la persona afectada por este trastorno se preocupe obsesivamente por su figura, por lo que en algunas situaciones puede recurrir a sustancias tóxicas para reducir el sobrepeso. Asimismo, es común que sus relaciones sociales comiencen a deteriorarse y que la autoestima se dañe, hasta tal punto que no son capaces de mantener una relación de pareja ya que experimentan intesos sentimientos de inferioridad.
No todo está perdido
El trastorno por atracón puede hacer que la vida de la persona se convierta en un auténtico calvario pero, con la ayuda adecuada, es posible superar ese problema. Normalmente el tratamiento involucra a un equipo de profesionales, desde psicólogos hasta nutricionistas y médicos ya que no solo es necesario cambiar determinados hábitos de vida y de alimentación sino también recuperar la confianza en sí mismo y romper viejos patrones mentales.
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